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jueves, 27 de octubre de 2016

Lo que quise de ti

Quise nadar en tus charcos,
mojarme en tu toque terciopelo
Quise desearte un poco menos.
No quise perderme en tus brazos
o esposarme con lo eterno, 
pero quise verte sufrir por una pasión sin frenos.

Quise donarte mi luz y mi oscuridad también, 
sin enojos o desesperos.
Quise robarme tus heridas
y adueñarme de tu espacio,
sin negarle la libertad a tu ser, 
porque es mi forma de querer.

Quise maltratarte con mi sexo
Darte mi rio, mi mar, mi miel
Mirarte a la pupila y hacerte reir
No quise ser tuya, quise ser de mí,
pero sucumbirme en tus antojos
y morderte por puro placer.

Quise navegar en tu cuerpo
en un barco de velas azules,
escaparme de tus abismos, teniéndote junto a mí
Quise dejarte mi huella 
y quise que me dejaras la tuya,
porque no es más que lo que quise de ti.


Colores teñidos

Colores teñidos con cenizas
quemadas en los poros de una piel.
Trozos de amores esfumados
y un cacho de duda que no lo dejaban ver.
Como un gesto de amor,
ella quiso dejarle señales:
una lluvia de sueños abstractos
y un corazón para querer.
Cansada, pasó por los límites del cuarto,
bajo el asombro tardío de su almohada,
y partió en silencio, casi desnuda,
cuando él dormía y no la pudo ver. 
Despierto, salió el ciego a buscarla
en la esquina de los amores perdidos.
No vio sus colores teñidos,
apenas su sombra y el olor de su piel.